Acerca de mí

Pensar es dar luz a la oscuridad

Yo y mi familia llegamos a Barcelona desde Chile en 1985. Crecí, me eduqué y aprendí todo sobre la vida en el barrio de Sant Andreu de Palomar. Sant Andreu siempre ha sido mi hogar, el sitio al cual volver y descansar.

Me licencié en Psicología en 2010, e inmediatamente después, en 2011, obtuve mi primera especialización, en Psicología de la Personalidad.

Previamente, me había licenciado en Filosofía, en 2005. En 2012 me mudé temporalmente a Bilbao, para realizar un máster en Estudios internacionales. En 2015 realicé otro máster, en Mediación y Gestión de Conflictos. 

En mi experiencia, el pensamiento metódico es una de los grandes pilares para la autonomía. El pensamiento y las ideas siempre fueron mi canal preferido para aproximarme a la realidad, aunque en la última década he descubierto cómo el cuerpo expresa todo aquello que el pensamiento no puede. Por tanto, mi aprendizaje ha sido comprender que pensar bien es necesario, pero no suficiente.

Si colocamos el pensamiento por delante del hecho de ser humanos, olvidamos que las ideas son herramientas y no fines en sí mismos. A esto es a lo que yo llamo "especular con la cabeza". Es decir, inflacionar el valor del pensamiento, descuidando la importancia de las emociones, las sensaciones y el acceso al espacio personal.

Afirmo que los seres humanos son lo único que puede ser considerado un fin en sí mismo con toda la pertinencia del concepto. Por esta razón, el ejercicio profesional del psicólogo no puede ir separado de una vínculación de persona a persona. Así, un psicólogo necesita responsabilizarse de su propio proceso y no debe descuidar las rutinas y actividades que sean necesarias para que este desarrollo se produzca.

Considero que la psicología no es una profesión como las demás, en el sentido de que no existe -o no debería existir -algo así como un uniforme de psicólogo que uno se pueda poner para dejar, por un momento, de ser persona. Más bien al contrario, los psicólogos trabajamos desde nuestra persona, y es así como debemos trabajar.

Pienso que la psicología puede transformar el mundo. Pienso que todas las profesiones, todas las maneras en que se manifiesta el esfuerzo humano, deben ir enfocadas en el propósito de estar cada día un poco más cerca de una sociedad de paz, comprensión y apoyo mutuo.

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